México, el tabú de la pena máxima.

«No como una solución única, pero sí como parte de un conjunto de soluciones»

Coahuila propuso la pena de muerte.

Un militar, el soldado de Infantería Isaías Constante Laureano, fue el último mexicano condenado  a muerte por la justicia mexicana,  en el año de 1961 en saltillo, Coahuila; el Estado que apenas el 4 de diciembre propuso al Congreso de la Unión la restitución de la pena de muerte en nuestro país aplicable para secuestradores que asesinen a sus víctimas. Dicho castigo que aunque fue abolido en su totalidad en el año de 2005, aún se encontraba contemplado en la carta magna para los casos como: traición a la patria, parricidio, homicidio agravado y otros delitos.

 

¿Quién es merecedor a un trato digno?

Las garantías individuales son derechos con los cuales todos los seres humanos contamos por el simple hecho de haber nacido, pero, ¿los secuestradores y otros criminales que mutilan, torturan y matan piensan lo mismo con respecto a sus victimas indefensas e inocentes?, la respuesta por obviedad es un rotundo NO, solo en lo que va del año se han contabilizado mas de 5000 mil homicidios relacionados con el crimen organizado, y los secuestros van en aumento en comparación con el año anterior, y esos son solo los casos denunciados.

¿Funcionaría?, que lograríamos?

La situación de nuestra seguridad es por demás crítica, y es claro que con la restauración de dicho castigo no se solucionará la situación actual en un abrir y cerrar de ojos, pero es una forma (de entra tantas) para combatir nuestra precaria situación, además, por supuesto que mandará un mensaje a más de un delincuente antes de cometer uno de esos abominables y comunes actos de violencia. No será la solución inmediata, pero es una medida que puede formar parte de un conjunto de soluciones que incluyan cambios en la cultura social, el impulso de la economía, la reforma jurídica, y el fortalecimiento y profesionalización de las instituciones que se encargan de impartir la justicia.

Podemos estar seguros de que la imposición de la pena máxima tendrá un efecto disuasorio: hablar de la pena de muerte ya es un tabú en nuestro país por considerársele excesiva y violatoria de los Derechos Humanos de quien resulte acreedor a ella, pero, ¿no es la sociedad mexicana la que ya esta agotada?, ¿no es la sociedad mexicana la que ya ha perdido varios de sus derechos humanos? a los ciudadanos que mejor nos ha ido solo hemos perdido el derecho a la seguridad, hemos perdido el derecho a caminar libres y sin miedo de perder la vida, ya no digamos solo por las noches… sino “a cualquier hora”… somos esclavos de la inseguridad, no estamos seguros ni en nuestros hogares, hemos perdido el derecho a la libertad.

¿De lado de quien estás?

Amnistía Internacional no tardó en criticar la propuesta del congreso de Coahuila: “Las propuestas e iniciativas que buscan una salida fácil a la situación que vive el país no hacen más que reforzar un clima de venganza social”, declaró AI. La situación amerita un diálogo abierto acerca del tema, ya que sabemos que no son tiempos de paz interna, las situaciones difíciles necesitan respuestas fuertes, y la sociedad mexicana, cansada y con miedo, demanda esas respuestas.